El británico The Economist celebró la decisión del presidente Javier Milei de levantar el cepo cambiario como una “jugada audaz” que podría finalmente normalizar la economía argentina, pero advirtió sobre varios obstáculos tanto internos como externos.
El artículo recuerda que, antes de esta medida, el país operaba con un sistema de “crawling peg” que aumentaba el valor del dólar entre 1% y 2% mensual, complementado por ventas del Banco Central para contener la cotización. El nuevo esquema, vigente desde el 14 de abril, se suma al reciente acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.
A favor del Gobierno, The Economist destaca la fuerte reducción del gasto público, la desaceleración de la inflación —que en marzo avanzó 3,7% mensual— y la disminución de la pobreza del 53% al 38%. Sin embargo, subraya dos fuentes de tensión. En el plano internacional, la guerra comercial de EE.UU. ha deprimido los precios del petróleo y podría afectar los ingresos por exportaciones agrícolas, con impacto directo en las reservas del Central. En el frente doméstico, la liberación del dólar puede alimentar nuevas presiones inflacionarias; por ello el Ejecutivo anunciò que intervendrá si la cotización oficial supera los $1.400.
Entre las alertas adicionales, están el riesgo de fuga de capitales —ahora facilitada para los inversores— y la posible escalada de la inflación que, de prolongarse, tensionaría el respaldo político de Milei de cara a las elecciones de octubre. En lo político, la derrota en el Senado sobre sus candidatos para la Corte Suprema y el escándalo del token Libra demuestran el espacio de oposición que enfrenta incluso dentro de las fuerzas aliadas.
Pese a todo, The Economist concluye que el actual desorden del peronismo brinda una ventana de oportunidad para que el Gobierno avance con su plan económico, aunque reconoce que el camino sigue siendo estrecho.

