El Gobierno aguarda la llegada inminente de 2.000 millones de dólares correspondientes a la ampliación del préstamo “repo” acordado con un grupo de bancos. Según lo pactado con el Fondo Monetario Internacional (FMI), una parte de esos fondos podrá contabilizarse para el objetivo de acumulación de reservas internacionales.
El mercado observa con cautela las metas de recomposición de reservas, aunque desde el Ejecutivo confían en que no habrá obstáculos para incrementar compras de divisas en el mercado oficial durante las próximas seis semanas. Este plazo culmina con la revisión técnica del FMI, prevista para el 31 de mayo, cuando se evaluará el volumen de reservas netas que logre acumular el Banco Central de la República Argentina (BCRA).
En el nuevo acuerdo con el FMI, los desembolsos del propio organismo no se computarán dentro de la meta de reservas. En su lugar, se priorizará la entrada “genuina” de divisas tras la reciente reforma cambiaria. Estos ingresos no se limitarán al superávit comercial —que es clave en un trimestre donde más del 40% de la cosecha de soja se exporta—, sino que se considerarán otras fuentes de divisas.
Un apartado del memorando técnico aclara que las metas de reservas netas para 2025 se elevarán en función del endeudamiento externo bruto del Gobierno y del BCRA con acreedores privados desde el inicio del programa hasta fin de año. Esto implica que los primeros 1.500 millones de dólares que el BCRA emita en deuda en moneda extranjera —tanto por repo como por vía del Tesoro— quedarán fuera del cálculo de reservas. Los 500 millones restantes de este repo sí ingresarán al cumplimiento del objetivo.
Paralelamente, en los próximos días el Ministerio de Economía junto al BCRA llevará a cabo la recompra de Letras Intransferibles del Tesoro emitidas en los últimos 20 años. La operación, que podría concretarse incluso esta semana, usará los 12.000 millones de dólares enviados por el FMI para cancelar instrumentos que no cotizan en el mercado secundario y remuneran bajos intereses al Central.
Fuentes oficiales estiman un stock total de Letras Intransferibles en torno a 69.300 millones de dólares, mientras que el BCRA ajusta ese valor a 23.500 millones tras una revisión reciente. El objetivo es reducir la deuda bruta nominal mediante la cancelación con dólares frescos, aunque el pasivo exigible podría crecer a medida que se expanda la exposición del FMI en Argentina.

