Cristina Kirchner intensificó esta semana su confrontación con el gobernador Axel Kicillof al cuestionar dos de sus decisiones clave: el adelantamiento de las elecciones provinciales al 7 de septiembre y su negativa a respaldar su liderazgo del Partido Justicialista a nivel nacional. La exmandataria impulsa ahora una polémica Ley de Condonación de Deudas a los municipios que, de aprobarse, podría vaciar las arcas de la provincia de Buenos Aires y ahondar las diferencias internas.
En la Legislatura bonaerense, el oficialismo encontró resistencia de la bancada leal a Máximo Kirchner, que rechazó incluir en el proyecto de suspensión de las Paso las modificaciones al cronograma electoral. La intención de Cristina es forzar a Kicillof a volver a unificar los comicios provinciales con los nacionales, previstos para el 26 de octubre. Si no logra cambiar los plazos, el gobernador afrontaría dos escenarios adversos: organizar unas elecciones con márgenes operativos casi imposibles o aceptar la ley de simultaneidad que propone la ex presidenta.
Según la presidenta de la Junta Electoral bonaerense, Hilda Kogan, la Ley 5.109 vigente establece plazos tan acotados —30 días antes de la fecha para presentar candidatos y sólo 20 para oficializar boletas— que resulta materialmente inviable imprimir todo el material electoral en tan corto tiempo. De no adecuarse el calendario, advierten los especialistas, podría darse un escenario sin candidatos o sin boletas, lo que abriría la puerta a una intervención federal.
El oficialismo provincial denunció “extorsión” de la fracción cristinista: la negativa a votar los nuevos plazos buscaría que Kicillof quede políticamente expuesto ante un posible fracaso electoral o que se vea obligado a respaldar la unificación de las fechas. Desde Casa de Gobierno aseguran que se trata de una estrategia para forzar la sumisión del mandatario y neutralizar su proyecto de desdoblar los comicios.
Con todo, Kicillof cuenta con el respaldo de numerosos intendentes críticos del cristino-camporismo, que rechazan la imposibilidad de buscar la reelección en sus distritos y exigen participar en la negociación. Para reforzar su liderazgo, el gobernador lanzará el 24 de mayo el Movimiento Derecho al Futuro, un espacio que aspira a renovar el peronismo y demostrar su capacidad de conducción más allá de las tensiones internas.

