Este miércoles, el precio del oro avanzó un 2,5% y estableció un nuevo récord nominal de USD 3.309 por onza, lo que representa un crecimiento del 39% en los últimos doce meses.
La tendencia alcista responde al renovado interés de los inversores por activos de refugio, en un contexto en el que el dólar y las acciones tecnológicas registraron descensos tras el anuncio de nuevos aranceles estadounidenses sobre las importaciones chinas.
“Me encantaría tener una libra por cada vez que alguien dijera que el oro alcanzó un máximo histórico en las últimas semanas”, señaló Evy Hambro, directora global de Inversión Temática y Sectorial en BlackRock. “El mercado del oro está prosperando en este período de incertidumbre, pero las bases son muy tangibles y reales”.
Varias entidades financieras mantienen una visión positiva para el metal precioso en los próximos trimestres, apoyadas por el crecimiento en el volumen de fondos cotizados en bolsa (ETF) respaldados por oro y por la acumulación constante de reservas por parte de bancos centrales.
Goldman Sachs proyecta que el precio podría llegar a USD 4.000 por onza hacia mediados de 2026. Por su parte, una encuesta global de Bank of America entre gestores de fondos reveló que el 42% espera que el oro sea la clase de activo con mejor desempeño en 2025, frente al 23% registrado en marzo.
“La lucha de poder entre los principales países continuará”, añadió Luchen Wang, analista en Galaxy Futures. “El atractivo del oro como activo refugio implica que es más probable que suba a que baje a corto y mediano plazo”.
En Argentina, los inversores pueden acceder al oro de forma indirecta a través de Cedears, como el ETF que cotiza bajo el ticker “GLD” en pesos y se negocia en plataformas locales como Bull Market Brokers. Este instrumento replica el comportamiento del activo subyacente sin necesidad de adquirir el metal físico.

